Hijo de un cantor y guitarrista, debutó tempranamente en el conjunto infantil Los Catamarqueñitos.
Por épocas alternó la actividad musical con los oficios de técnico en televisores y taxista.
Tras algunas experiencias juveniles como concertista clásico, en el jazz y en el folklore, se asentó definitivamente en el tango.
Paralelamente, integró con el bandoneonista Osvaldo Marinero Montes un notable dúo con repertorio de clásicos del género, con el que grabó dos discos de antología: Juntos por el tango (1997) y Bien tanguero (2007).
Conocedor también de la música clásica, el jazz y el folklore argentino, realizó en 2006 un entrañable registro del álbum Querido Chamamé junto al recordado bandoneonista Antonio Príncipe.