[2] Desde tiempos remotos es posible encontrar registros sobre la creencia en que es posible intervenir en el amor de dos personas usando algún tipo de magia, creando así un amarre o atadura indisoluble entre ambos.
[4]Del mismo modo, los antiguos griegos recurrían a Afrodita y Eros con plegarias y rituales que buscaban la belleza propia con tal de atraer sexualmente al ser amado, como también la petición por el amor de esa persona.
Investigaciones arqueológicas han encontrado talismanes, anillos, broches y otros tipos de objetos que prometían éxito en lo amoroso a quien lo portara.
[7] Existen diferentes prácticas vinculadas a querer influir en los sentimientos románticos y en la atracción sexual de una persona.
Estas personas aseguran poder ayudar a unir parejas, recuperar relaciones amorosas pasadas, revitalizar la actividad sexual en una pareja estable o restaurar la fidelidad tras una infidelidad, todo ello a cambio de una remuneración económica.