Asumió tras el aparente envenenamiento del gobernador Martín de Mujica y Buitrón.
En esta batalla los españoles tuvieron 43 pérdidas entre muertos y cautivos, mientras que los indígenas solo cuatro bajas.
[7] Según Diego Barros Arana, fue uno de los pocos que no se contaminó en actos polémicos y corruptos ocurridos en anteriores administraciones.
Aparentemente dispuesto a poner en marcha una nueva campaña militar contra los mapuches se comunicó con el Perú pidiendo mayores recursos.
Este rechazo desalentó a Figueroa de sus proyectos más ambiciosos.
Pero la continuación de las hostilidades le obligó pronto a poner columnas militares en movimiento.
El 24 de diciembre un fuerte cercano a Valdivia fue asaltado por los indígenas comarcanos, guiados por un español desertado del ejército.
El ataque fue un éxito mapuche, pues casi toda la guarnición murió.