[2] En las décadas siguientes se asienta una incipiente población española en convivencia con los huilliches del lugar,[2] pero el mayor poblamiento se da entre los años 1602 y 1603, cuando llegan a Carelmapu los sobrevivientes de la destrucción de Osorno.
Como consecuencia de estas malocas l deshabitado el territorio boscoso que mira a Chiloé.
[3] En mayo de 1643, la escuadra neerlandesa liderada Hendrick Brouwer desembarca en Carelmapu y procede a incendiar la villa, que había sido previamente desocupada por sus habitantes producto de su inferioridad militar.
[2] Producto de estos hechos, Carelmapu queda prácticamente abandonado por la década siguiente, hasta que en 1667 el gobernador Rodrigo Navarro encarga nuevamente su reconstrucción,[5] aunque ya en una posición disminuida con respecto a su anterior importancia.
Estas tropas se enfrentaron al día siguiente contra una milicia realista de 300 hombres dirigida por el español Tadeo Islas, que finalizó con la captura de la fortificación por las tropas chilenas, y la huida del líder realista a Calbuco.
[7] En 1874 la localidad es visitada por el marino chileno Francisco Vidal Gormaz, quien describe a Carelmapu como un asentamiento pobre y de pocas casas, que ya ha perdido casi toda relevancia económica o política en la zona.
[12] Pese a ser considerada Monumento Nacional desde 1993, su mal estado de conservación impedía su visita, manteniéndose cerrada desde 2008.
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