En mapudungun, williche quiere decir “gente del sur”, pues se ubican al sur del grupo mapuche más numeroso, que habita en las regiones de La Araucanía y Los Ríos.
El área que históricamente se ha reconocido como territorio mapuche-huilliche, está ubicado desde Valdivia al sur (Latcham, 1930; en Alcamán, 1997).
Por ello, a pesar de las diferencias culturales con los grupos mapuches al norte del territorio huilliche, la denominación huilliche (gente del sur) no correspondería, entonces, a una denominación étnica sino exclusivamente de carácter geográfico; como ha sucedido con otras entidades regionales que se identifican como parte del pueblo mapuche.
Sin embargo historiadores como Sergio Villalobos, notan una diferencia, describiéndolo como un territorio que, “ha tenido también una larga historia fronteriza que comenzó en tempranos años de la conquista con la fundación de Valdivia y Osorno”.
[6] Referente al actual territorio argentino, habría sido habitado por huilliches provenientes del oeste de los Andes, los cuales serían posteriormente conocidos como "Huiliches serranos", y luego conocidos como "manzaneros".
En la República Argentina las comunidades huilliches se encuentran ubicadas en los departamentos Lácar, Collón Curá, Huiliches y Catán Lil de la Provincia del Neuquén.
Anterior a la aparición en la zona del territorio huilliche los primeros restos arqueológicos asociados a su cultura propiamente tal son más actuales, los primeros vestigios de presencia humana más antiguos fueron hallados en el sitio arqueológico Pilauco Bajo y Monte Verde, vestigios con fecha aproximada de hasta hace por lo menos 12 500 años de antigüedad estos restos no corresponden a la etnia huilliche como tal, fueros otros grupos humanos que coexistieron con fauna y megafauna actualmente extinta y que presentaban una organización socioeconómica de bandas dedicadas a la caza y recolección.
La antigua teoría que gozó de aceptación durante gran parte del siglo XX fue postulada por Ricardo E. Latcham y describe que, originariamente, tanto huilliches como picunches eran un solo grupo, autóctono del territorio, y que un pueblo guerrero procedente del este se insertó en medio de ellos y dio origen a los mapuches de la Araucanía.
[9] En este tratado los Huilliches ofrecen en ese momento por su parte además de permitir a los españoles ocupar las ruinas de Osorno, igualmente facilitarían la apertura del Camino Real a Chiloé.
Posteriormente, al sur del río Bueno se establecerían las haciendas de El Pilar, Cateu, Quilacahuin, El Roble, Bella Vista, Curaco, Conta y Chan Chan.
Así, la visión colonizadora combinó conceptos de asentamiento y posesión, considerando que las zonas de los bosques no estaban pobladas o solo poblada en algunos sectores; por lo cual se concluyó que donde no existían viviendas se considerarían a esos terrenos como baldíos; y por lo tanto, propiedad del fisco chileno.
La variedad que actualmente se habla en Osorno y el Ranco se conoce como chesungun (del chesungun: che sungun ‘lengua de la gente’), también llamado chedungun, tsesungun o huilliche.
Según SIL International, se trataría de una lengua separada, pues su inteligibilidad con el mapudungun central es escasa.
[15] La variedad que se hablaba en Chiloé hasta principios del siglo XX suele recibir la denominación de "veliche", mismo nombre que a veces se le da a los huilliches de Chiloé.
La vestimenta actual no difiere de la que usan otros chilenos en lugares o situaciones similares.
Además entre sus creencias destaca una en particular, la del rey inca Atahualpa, según este mito el inca fue descuartizado y su cabeza enterrada en el Cuzco, pero sus cabellos siguen creciendo en la dirección de los demás miembros y un día el cuerpo volverá a integrarse y Atahualpa regresará para restaurar el orden del mundo andino quebrado por la invasión española, así retornará la dicha para los pueblos huilliches y todo estará en orden.