Entre 1980 y 1984, el arqueólogo español Germán Delibes de Castro dirigió nuevas investigaciones en Almizaraque.
El montículo está ahora muy erosionado y se estima que solo queda una sexta parte del asentamiento.
El asentamiento se redujo a 1300 m² con un número considerablemente menor de casas.
Probablemente debido a la desertificación, se detecta un nuevo y rápido descenso de los asentamientos en la tercera capa.
Así, el muro, que sigue el curso del terreno, rodea una superficie de 700 m².
Sin embargo, no existía ninguna industria y solo se producían pequeñas cantidades para el consumo propio.
Estas datan del periodo minoico antiguo o prepalacial (2600-1900 a. C.) e imitan figuras del arte cicládico,[3] lo que se consideró un indicio de la relación cultural entre ambas áreas culturales, que se cree que fueron las primeras en traer la producción de bronce al sur de España.