Los Millares

El asentamiento fue descubierto e investigado por primera vez por Luis Siret y Pedro Flores.Asociadas a las cabañas también se han podido documentar fosas de distinto tamaño interpretándose en unos casos como silos y en otros como cisternas.Junto a las viviendas destacan otro tipo de estructuras como diversos talleres metalúrgicos y un edificio singular.Construida al comienzo como una simple entrada al poblado abriendo un vano en la muralla, se fue complicando paulatinamente hasta convertirse en una gran puerta monumental formada por dos antenas que se extienden hacia el exterior de la muralla; y la Puerta Sur localizada a unos 100 m de la anterior, formada por otra pequeña barbacana con acceso lateral desde ambos lados.El conjunto es antecedido normalmente por un vestíbulo trapezoidal, donde se localizan en ocasiones betilos, o pequeñas piezas cilíndricas que podrían representar a los distintos individuos enterrados en su interior.Así, en muchas ocasiones el espacio interno puede quedar totalmente ocupado tanto en la cámara, como en sus nichos laterales e incluso en el corredor.En el interior se documentaron diversas estructuras de molienda y hogares, siendo afectado al igual que en otros fortines por un incendio.En la transición entre el cuarto y el tercer milenio se produciría, por tanto, la fundación del poblado de los Millares junto a la necrópolis.La datación de los diferentes recintos o murallas que delimitan el área habitada sugiere su construcción en un corto intervalo temporal, de forma que a principios del tercer milenio a. C. el asentamiento habría alcanzado su máxima extensión.Durante los siglos posteriores, las actividades funerarias y asociadas al hábitat adquirieron un importante desarrollo.El poblado alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad desconocidas hasta el momento en la península ibérica.Según las dataciones radiocarbónicas, la mayor parte de poblado fue abandonado en estos momentos, y solo el recinto interior, denominado como ciudadela permaneció ocupado.La aridez actual del Sureste español no corresponde con el clima que existía durante el IV y III milenio a. C. Los datos que ofrecen distintas disciplinas —Antracología, Carpología, Arqueozoología y la Geoarqueología— demuestran la presencia de un medio natural bastante diferente al actual.El paisaje circundante de Los Millares pertenecía al piso mesomediterráneo formando una cobertura vegetal compuesta por encinares, pino silvestre, coscojales, lentiscos, acebuches, al que se le unía un sotobosque formado por plantas como el lentisco, el romero, las jaras, los enebros, etc.Los bóvidos representan otro 37,7 %, aunque con diferencias entre el poblado y en los fortines, en estos últimos con escasa presencia.Además aparecen representados especies silvestres como el conejo, el ciervo, la cabra pirenaica, el jabalí, así como otras menos frecuentes como el zorro, el tejón, el lince, el urogallo, la rata de agua y el ánade real, etc.El consumo de plantas en Los Millares está representado en su gran mayoría por la cebada, el trigo, el haba y el guisante.La escasez de elementos de hoz hace pensar que los habitantes del poblado no cultivarían directamente el trigo y la cebada, sino que más probablemente llegarían como alimentos ya procesado -siega y trilla- listos para su molienda.Además han aparecido otros restos de semillas como aceitunas, uvas y bellotas.La producción metalúrgica en Los Millares debió de ser importante, considerándose para algunos investigadores el motor del cambio social.Desde finales del siglo XIX hasta mediados de los años 70 la investigación sobre los yacimientos calcolíticos en la Península estuvo centrada en una pugna entre dos concepciones idealistas: orientalismo y occidentalismo.Desde la perspectiva del materialismo cultural, Antonio Ramos explica el cambio social como una transformación debida a la presión demográfica y la necesidad de una mayor energía alimentaria.Las evidencias científicas ponen de manifiesto los cambios ambientales que se ha producido hasta la actualidad, así como la conexión y el intercambio de productos entre ambas orillas del Mediterráneo durante el IV-III milenio a. C. A grandes rasgos, dos han sido las líneas de interpretación mediante las cuales se ha querido explicar el aumento de la complejidad cultural durante el Calcolítico en el sudeste ibérico: Los hermanos Siret fueron los primeros que introdujeron el término colonia para designar los asentamientos del sudeste español.Posteriormente, Bosch Gimpera los relacionó con unos supuestos grupos norteafricanos que habrían llegado durante el Neolítico a la región.
Línea I de las murallas del poblado vista desde la zona norte
Línea I de las murallas del poblado vista desde la zona norte
Recreación de Los Millares en su momento de apogeo.
Cabañas reconstruidas en la zona interpretativa de Los Millares
Cabañas reconstruidas en la zona interpretativa de Los Millares
Vista aérea de la puerta principal o barbacana
Vista aérea de la puerta principal o barbacana
Reconstrucción virtual de la puerta principal de la Línea I
Reconstrucción virtual de la puerta principal de la Línea I
Plano general del poblado, la necrópolis y los fortines
Plano general del poblado, la necrópolis y los fortines
Muestra del ajuar sepultura número 7, una de las más completas. Necrópolis de Los Millares. Museo Arqueológico Nacional .
Edificio de planta cuadrada de Los Millares identificado como taller metalúrgico.
Enterramiento de Los Millares
Mapa del yacimiento en OpenStreetMap
Cuenco de Los Millares decorado con ciervos ( M.A.N. , Madrid ).