El monte bajo, fundamentalmente tapizado por romero, tomillo, retamas, aulagas, y otras plantas típicas del bosque mediterráneo, se dan la mano con la presencia de lentiscos, acebuches, o jérguenes, que van modulando las estribaciones de la sierra.
En sus vitrinas nos podemos encontrar piezas del Paleoítico como raederas, puntas levallois o raspadores (herramientas líticas, es decir, herramientas de piedra) y otras más propias del Neolítico como hachas pulimentadas, molinos de mano y sílex tallados.
Esta síntesis (lo masculino y lo femenino ha sido estudiada como la integración de elementos votivos (ofrendas) relacionados con la fecundidad.
Destacan en ella una figura esquemática que representa a un guerrero, un escudo formado por tres círculos concéntricos y una lanza.
Forjada en bronce, con una nervadura central y una empuñadura muy típica que se cubriría con unas cachas de hueso, marfil o madera, adheridas con remaches.
[6] El corazón del pueblo es su plaza principal, donde hay una fuente, y muy próxima está la iglesia de la Inmaculada Concepción, que fue construida en el siglo XVI y reformada a finales del siglo XVII.
En su interior llaman la atención las primitivas armaduras mudéjares de lazo que cubren la nave central y el presbiterio.
En el enclave conocido como Casa Blanca, nace el arroyo Salado que no cuenta con un gran caudal, pero sus aguas son medicinales por su elevado nivel de yodo.
Allí se puede comprobar cómo de la tierra brotan a borbotones estas aguas milagrosas, recomendadas sobre todo para enfermedades relacionadas con el aparato digestivo o con diversas dolencias degenerativas del sistema óseo.
La salinidad de esta agua se va perdiendo cuando llega al río Almargen, que alimenta a su vez al río de la Venta, que desemboca finalmente en el pantano del Guadalteba.
El cuartel inferior está compuesto por cuatro ondas paralelas de color azur (azul) dispuestas horizontalmente, intercalando entre ellas bandas blancas estrechas.
Es una pieza concebida para homenajear a un guerrero difunto, y se colocaba inserta verticalmente en la tumba.
La bandera propuesta es rectangular, dividida horizontalmente en dos partes iguales, oro la superior y azul la inferior.
En el centro geométrico se inserta una reproducción del escudo heráldico, reducida a la escala apropiada.