En ese entonces, para ganar dinero el joven artista tuvo que aprender tipografía, mecanografía, inglés, corrección de pruebas periodísticas, pasando a ser guitarrista popular acompañante en Radio Trujillo y saxofonista en la Banda del Estado.
Alirio Díaz hizo en este concierto una interpretación de la Chacona del compositor alemán.
Estrecha relaciones amistosas con intelectuales y músicos como Gerardo Diego, Joaquín Rodrigo, Federico Moreno Torroba, García Nieto, Narciso Yepes, Emilio Pujol, Daniel Fortea, Eugenia Serrano, Federico Mompou, Xavier Montsalvatge o Joaquín Achucarro entre otros.
En efecto, un par de años más tarde, Alirio Díaz llega a ser no solo el discípulo del maestro sino su asistente y sustituto en la propia Academia Chigiana.
Bajos tales auspicios artísticos se expanden sus actuaciones por Italia, a la cual contribuyen de modo determinante sus amigos, mecenas y colegas del arte musical, además de los compositores venezolanos Raúl Borges, Vicente Emilio Sojo y Juan Bautista Plaza.
Casualmente, fue este último quien por primera vez lo presentó formalmente al público de Roma en un recital auspiciado por el poeta y embajador venezolano Alberto Arvelo Torrealba.
En 1956, Alirio Díaz firma su primer contrato discográfico con la empresa francesa «Éditions de la Boite á Music» con la cual graba sus dos primeros LP.
Posteriormente, contrata con otras empresas tanto en Venezuela, como en el extranjero, realizando grabaciones, algunas de ellas digitalizadas en la actualidad.