Existen al menos, diez variantes del joropo, con su estilo particular, variando según la región.Se caracteriza porque presenta una tambora con parche en ambos extremos, sujetos con cáñamo o mecates; y un tamborito igual al medio golpe del chimbanguele.Por ejemplo, los lugares naturales, las leyendas, los personajes y hechos más importantes del pueblo, animales y plantas, son recordados en las letras de estas canciones junto a las faenas del trabajo campesino, como son el ordeñar la vaca, hacer el queso, enlazar el becerro, etc.[2] Este tipo de joropo ha sido difundido comercialmente.La pieza más característica del folklore tuyero, «La revuelta tuyera», consta de cuatro secciones: La exposición (pasaje), el desarrollo (yaguaso y guabina), la coda instrumental (llamada «Marisela») y un final conocido como «La llamada del mono».En este particular tipo de joropo el instrumento melódico por excelencia es la mandolina o bandolín.Carota, Ñema y Tajá es el conjunto musical más prolífico en la interpretación de este género.En 2012 la banda Sin dirección se convirtió en el primer artista nacional en colocar música folclórica venezolana en un videojuego mundial con su canción “¡Ay!”, una fusión de joropo con pop rock que forma parte del popular videojuego mundial Rock Band 3 producido por Harmonix Music Systems y MTV Games para la videoconsola Xbox 360 de Microsoft, donde niños y personas de todo el mundo se divierten intentando tocar el cuatro venezolano al ritmo de un joropo larense.No obstante, gracias a la contribución de compositores y músicos como Carlos Bonnet, Luís Laguna, Pablo Camacaro, Cruz Felipe Iriarte, Otilio Galíndez, César del Ávila, Ismael Querales, Hely Orsini, Cristóbal Soto, Adelys Freites, Cecilia Todd, Raquel Castaño, Lilia Vera, Jesús Sevillano, Ana Cecilia Loyo, Simón Díaz, el Quinteto Contrapunto, Ensamble Gurrufío, El Cuarteto, Gualberto Ibarreto, Los Cañoneros y Los Antaños del Stadium entre otros, el merengue venezolano ha recobrado su espacio en la escena musical venezolana bajo la métrica de 5/8.Esta influencia del valse llega a los serenateros y compositores románticos, quienes divulgaron ampliamente el vals-canción.Aun cuando muchos músicos firman sus composiciones con sus nombres, la mayoría han dejado sus creaciones en el anonimato.Entre los más relevantes valses venezolanos de están, Dama Antañona (Francisco De Paula Aguirre), El Diablo Suelto (Heraclio Fernández), Conticinio (Laudelino Mejías), Brisas del Zulia (Amable Espina), Pluma y Lira (Telesforo Jaimes), Como llora una estrella (Antonio Carrillo), El Jarro Mocho (Federico Vollmer), Tres Rosas (Juancho Lucena} y los mundialmente aclamados valses de Antonio Lauro (N.º 2 "Andreina", N.º 3 "Natalia" entre otros).La sonoridad de la palabra «bambuco» evoca en la mente del oyente cierta cercanía con las melodías africanas.Su estructura musical rompe con todos los cánones, al no estar limitada a cuatro tonos cíclicos.Se diferencia de la música llanera en que el güiro sustituye a las maracas y la guitarra reemplaza al arpa.Comúnmente se adiciona teclado, bajo eléctrico, instrumentos de viento, voces masculinas y femeninas.Cuando Romero presentó esta idea a su amigo, el publicista y músico de origen austríaco, ya desaparecido, Jacques Braunstein, solicitándole su parecer, él respondió que aquello le parecía "una Onda Nueva", lo cual sirvió de identificación al movimiento musical desde ese momento hasta la actualidad.[10] Según esta otra versión, el resultado fue aplicado por Romero y Hernández a "diferentes tipos de música".En 1970, durante una permanencia en México, Romero hace un convenio con la compañía "Discos Musart" para grabar música mexicana en el estilo de la Onda Nueva respaldando con orquesta a la vocalista chilena Monna Bell.La música afrovenezolana, conocida de forma popular como tambor, es una expresión artística traída por esclavos africanos en la época colonial.Sus orígenes se remontan a la época colonial, siendo la unión de tres culturas: la indígena jirajaras, la española y la africana.El tamunangue también se refiere a una danza que por lo general es ejecutada mayoritariamente por dos o tres personas.El movimiento musical contemporáneo ha mostrado diferentes propuestas que han abierto nuevos espacios dentro la música venezolana.Varios grandes festivales multimedia tomaron lugar, tales como Caracas no Duerme, AX, Petaquire, Dermis Tatú, y Mare Nostrum.Por ello se considera al Padre Sojo como el que dio inicio a los estudios musicales en Venezuela.En la etapa republicana Venezuela también ha producido compositores clásicos, tales como Atanasio Bello Montero, Teresa Carreño[13] (renombrada pianista de talla mundial), Felipe Larrazábal, Reynaldo Hahn (director de la Opera de París), Augusto Brandt, Prudencio Esaá, Juan Bautista Plaza, Juan Vicente Lecuna, Pedro Elías Gutiérrez, Franco Medina, José Antonio Calcaño, Víctor Guillermo Ramos Rangel, Blanca Estrella, Jose Clemente Laya, Evencio Castellanos, Gonzalo Castellanos Yumar, Inocente Carreño, Modesta Bor, Ángel Sauce, Nazil Baez Finol, Daniel Milano,[14] Rafael Rengifo, Moisés Moleiro, José Antonio Abreu, Josefina Benedetti, Luis Morales Bance, Antonio Estévez, y Vicente Emilio Sojo ( fundador de la Orquesta Sinfónica de Venezuela conocido por sus contribuciones a la musicología y la educación musical).Entre los cultores del vals venezolano se encuentra Antonio Lauro, compositor e intérprete de obras para la guitarra al igual que Raúl Borges, Alirio Díaz, Rodrigo Riera, Rubén Riera, Luis Zea, Humberto Bruni, Luis Quintero y Rómulo Lazarde.[16][17] También hay escuelas e institutos privados donde destaca el Colegio Emil Friedman de Caracas.A partir de los años sesenta con la llegada del compositor greco-venezolano Yannis Ioannidis y la creación del Instituto de Fonología por el maestro Antonio Estévez, la composición musical tiene un gran desarrollo y se da inicio a la música contemporánea.Entre los más destacados exponentes de este tipo de música se encuentran: Alfredo del Mónaco, Servio Tulio Marín, Miguel Noya, Chelique Sarabia, Antonio Mastrogiovanni, Eduardo Kusnir, Alfredo Marcano Adrianza, Emilio Mendoza, Beatriz Lockhart, Miguel Ángel Fuster, Juan Carlos Núñez, Diana Arismendi, Domingo Hindoyan, Eduardo Marturet (quién es sobre todo un director de orquesta internacional), Alfredo Rugeles, Adina Izarra, Adrián Suárez, Federico Ruiz, Hildegard Holland y Ricardo Teruel, entre otros.Entre los instituciones educativas adscritas al sistema están el Conservatorio Simón Bolívar y la Academia Latinoamericana del Violín.