Alfonso X de Castilla

Debió hacer frente a la revuelta mudéjar de 1264-1266 en Murcia y el valle del Guadalquivir.Elaboró de su pluma las Cantigas de Santa María y varios otros versos, y también realizó un gran aporte a la lengua culta del momento en la corte del reino, el galaicoportugués, que gracias a su contribución, nos ha perdurado.[9]​[a]​[10]​ Parte de su infancia la pasó en las propiedades que tenían sus cuidadores en Maceda (Galicia), donde aprendería el galaicoportugués[11]​ que utilizó en las Cantigas compuestas en su scriptorium y, al menos diez de ellas, seguramente debidas al mismo rey.[28]​ A mediados del siglo se definieron los trazados de las principales cañadas reales (la leonesa, la segoviana, la soriana y la manchega).[32]​ Durante el reinado se crearon veinticinco nuevas ferias, que solían durar una semana y coincidían con fiestas religiosas.[37]​ Alfonso X pretendía renovar y unificar los diversos fueros que regían sus dominios.[44]​ Fue el primer monarca castellano que utilizó las Cortes, reunidas por primera vez en León en 1188, como instrumento habitual de gobierno.[50]​ Los objetivos de las repoblaciones alfonsinas eran dobles: económicas (mejorar la explotación del territorio) y militar (proteger puntos vulnerables).[53]​ En la región convivieron repobladores castellanos, aragoneses (un 45 % en algunas comarcas), ultramontanos (franceses e italianos, principalmente), mudéjares, comunidades judías.[53]​ Las zonas más pobres quedaron casi despobladas, y parte de la población, tanto mudéjar como cristiana, abandonó la región.[54]​ Con ello pretendía reforzar la jurisdicción realenga en zonas en las que tradicionalmente habían predominado los señoríos de distinto tipo.[55]​ Así, podemos enumerar las siguientes: Ya al principio del reinado, en 1253, Alfonso tuvo que afrontar rebeliones en los territorios recién incorporados a Castilla.[57]​ Se alzaron contra el rey Tejada, cerca de Sevilla, así como Lebrija, Arcos, Medina-Sidonia y Jerez; esta última resistió a los castellanos hasta 1261.[60]​ La población musulmana del reino fue expulsada y se llevó a cabo en él otro proceso repoblador, similar al de Sevilla.[62]​ La rebelión fue aplastada en casi toda Andalucía en seis meses, mientras que en Murcia, abandonada a su suerte, fue necesaria la intervención combinada de tropas castellanas y aragonesas, al mando del propio Jaime I de Aragón.[66]​ Logró, empero, conservar las tercias reales que había obtenido del papa Inocencio IV su padre Fernando para contribuir a sufragar las guerras contra los musulmanes.[67]​ La relación del rey con la nobleza pasó por diversas etapas, aunque en general, esta reforzó su poderío durante el reinado de Alfonso.[69]​ En los repartos de tierras en la Andalucía conquistada y en Murcia, la alta nobleza, los «ricoshombres», obtuvieron grandes extensiones.[69]​ Se extendió también el régimen señorial: los grandes propietarios acapararon cada vez más competencias jurisdiccionales.[89]​ Las relaciones de Castilla con Granada fueron en general tirantes, con inestables pactos que daban paso a conflictos casi continuos.[90]​ Al morir Muhammad ibn Nasr, su hijo Muhammad II suscribió un nuevo concierto con Alfonso mediante el cual se comprometió a pagarle trescientos mil maravedíes anuales; este pacto tampoco puso fin a la enemistad entre los dos reinos.[91]​ Alfonso firmó una tregua con ellos, que concluyó en 1277, cuando los benimerines talaron el Aljarafe y cercaron Córdoba.[92]​ Alfonso y su hijo Sancho siguieron hostigando al reino nazarí y consiguieron que su soberano se aviniese a retomar el pago de parias, pero esto no resolvió el problema, que resurgió en los últimos años del reinado.En la propia Castilla, muchos nobles expresaron su desacuerdo por las exigencias extraordinarias de dinero y soldados.Por otra parte estaba el complejo sistema de elección del emperador, que correspondía a siete príncipes electores.[101]​ Detrás de este contencioso pudo estar la intención del Rey Sabio de verse reconocido como superior por los otros reyes peninsulares, recuperando la vieja supremacía teórica que había tenido su antepasado Alfonso VII el Emperador.[105]​ A la rebelión se unió parte del clero y de la oligarquía urbana, también descontentos por la política fiscal regia.[115]​ Finalmente, el infante Sancho y buena parte de la nobleza del reino se rebelaron en 1282.La intervención del rey fue a veces directa y a veces indirecta, pero indudablemente fue el arquitecto de estas obras: Es decir, concebía el plan de la obra, ponía los medios para realizarla y daba las instrucciones precisas sobre su estructura y contenido, e incluso descendía a detalles como precisar los dibujos e ilustraciones que debían ornar el texto.[138]​ De amplia circulación oral, y a veces contada como una profecía hecha al recién nacido y contada a su madre Beatriz, los testimonios escritos de la leyenda aparecen en el siglo XIV.
Vista del Alcázar de Jerez de la Frontera . La batalla de Jerez (1231) supuso la derrota de las tropas del rey musulmán Ibn Hud .
Atarazanas Reales de Sevilla . Alfonso X construye los mayores astilleros de Europa.
Noven , moneda de vellón , acuñada en La Coruña durante el reinado de Alfonso X. La leyenda dice en latín "Moneda de Castilla y de León".
Alfonso el Sabio (1892), escultura de José Alcoverro en la Biblioteca Nacional de España.
Sello de Alfonso X
Retrato imaginario de Alfonso X, expuesto en el Alcázar de Segovia
Retrato de Alfonso X en el Ayuntamiento de Sevilla
Urna sepulcral que contiene las entrañas de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León ( catedral de Murcia )
Fuero Real de Alfonso X . Edición impresa de 1543.
Portada de Las Siete Partidas . Edición impresa de 1555, glosada por Gregorio López .
Alfonso X en el Prólogo del Códice Rico de las Cantigas de Santa María .