La escultura Alfonso el Sabio es una obra creada por el escultor español José Alcoverro en 1892 para decorar la fachada principal de la Biblioteca Nacional de España, donde permanece en la actualidad.
Casi tres décadas después, en 1891, al aproximarse la finalización de las obras, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando convocó un concurso público entre escultores españoles, en el que se fijaban los temas y las dimensiones de las estatuas que debían ornamentar la fachada.
Alcoverro también ganó el concurso para encargarse de la estatua dedicada a Isidoro de Sevilla, con la que esta de Alfonso el Sabio hace pareja flanqueando la escalinata de la entrada a la Biblioteca Nacional, y la dedicada al escultor Alonso Berruguete, que se halla en el lado del Museo Arqueológico Nacional.
[1] La estatua se labró en mármol blanco italiano, respetando las medidas que había dictado la Academia.
[1] La escultura representa al rey sedente sobre un asiento medieval, a sugerencia de la Academia, que prefirió esa posición en lugar del pedestal arquitectónico que había propuesto el autor.