Batalla de Jerez
No obstante, varios historiadores han señalado que el infante Alfonso al que se refieren las crónicas de la época no fue el hijo de Fernando III el Santo, sino su hermano, el infante Alfonso de Molina, hijo del difunto Alfonso IX de León.[2] No obstante, según la versión que sostiene que el infante Alfonso presente en la batalla era en realidad el hijo del rey, Fernando III: Desde Salamanca y pasando por Toledo, donde se les unieron cuarenta caballeros toledanos, se dirigieron hacia Andújar, y desde allí, se encaminaron a devastar la tierra de Córdoba, y posteriormente, al municipio cordobés de Palma del Río, donde exterminaron a todos los habitantes y tomaron la localidad, dirigiéndose a continuación hacia el reino de Sevilla y hacia Jerez de la Frontera, donde instalaron el campamento cristiano en las cercanías del río Guadalete.[4] El emir Ibn Hud, que había reunido un numeroso ejército dividido en siete cuerpos, se interpuso con él entre el ejército cristiano y la ciudad de Jerez, obligando a los castellano-leoneses a combatir.[5] Según refieren las crónicas de la época, Álvaro Pérez de Castro el Castellano, después de arengar a sus hombres y recordarles que no había retirada posible y que la única esperanza era morir combatiendo, ordenó el ataque del ejército cristiano, que avanzó y abrió una brecha en las filas musulmanas, que se vieron rodeadas por los flancos y la retaguardia por las tropas cristianas, en vista de lo cual las tropas musulmanas, presas del pánico después de ver deshecha su línea de combate, emprendieron la retirada, convirtiéndose entonces la batalla en una masacre generalizada de los musulmanes que huían hacia la ciudad de Jerez.[6] Durante la batalla se distinguieron los hermanos Garci Pérez de Vargas y Diego Pérez de Vargas, siendo apodado este último "Machuca" por la acción llevada a cabo durante la batalla: El ejército cristiano atribuyó su victoria en la batalla de Jerez, así como su ausencia de bajas, a la presencia durante la misma del apóstol Santiago, patrón de España, quien, según las crónicas de la época, fue visto durante la batalla, portando un estandarte blanco y una espada, combatiendo junto al lugar donde luchaba Álvaro Pérez de Castro el Castellano.