Alfonso de Aragón (1222-1260)

La relación entre el infante de Aragón y su padre el rey Jaime era mala como indican por lo general los historiadores y como indica Stefano M. Cingolani, su nacimiento no aparece en la obra de Jaime I, el Llibre dels feits.

[1]​ No hay noticias sobre él durante el matrimonio de sus padres ni en la década del 1230 pero sí que las tenemos de él con el nacimiento del futuro rey Pedro III, su medio hermano, en su adolescencia aparece vinculado a Castilla y tras los nacimientos de hasta cuatro hermanastros legítimos y los sucesivos cambios de testamento, veía como su patrimonio se disgregaba.

Mª Luz Rodrigo explica que en los conflictos con su padre por imponerse como heredero el propio rey buscaría acercar a su primogénito en las situaciones en las que la violencia estuviera cerca de estallar, en especial en los años 1253 y 54, periodos en los que cedería el gobierno del Reino de Aragón y le confirmaría como heredero del Reino de Valencia pero que tras los pactos acaecidos en Soria en el año 1256 además de que el infante perdió influencia en Castilla, aun se mantenía una mala relación entre ambos.

Entrando en el 1260 el rey Jaime tuvo un cambio de actitud con su hijo, apareciendo en las asignaciones de rentas junto a sus hermanastros.

No obstante, se desconoce si el traslado de los restos llegó a verificarse.

Reconstrucción del escudo de Alfonso.