Alfonso Romero Mesa (Montellano, 1882-Madrid, 1940) fue un pintor y ceramista español.[2][3] Nacido en una familia humilde de la localidad sevillana de Montellano, entró como aprendiz en el taller de escenografía de Joaquín Fernández Acosta, y con apenas catorce años tomó contacto con el mundo de la cerámica al entrar a trabajar en 1896 en la fábrica de Mensaque Hermanos de la capital hispalense; en ella conoció a su primer maestro, Antonio Pelayo -y es posible que también a Guijo-, antes de trasladarse en Madrid en 1906-7, para entrar en el estudio de Luis Muriel, escenógrafo del Teatro Real.[4] Seseña informa de que el grueso de su producción se cocía en el horno que los Mensaque habían instalado en el Puente de Vallecas, hasta que a raíz de su ruptura con Guijo por la concesión a Romero del encargo de decorar la Monumental de Las Ventas, montó horno propio en su casa de la calle del Rollo y luego en un solar de la vallecana calle de Rodríguez Espinosa; en esos años le acompañaba en el alfar su sobrino Alfonso Córdoba Romero, llegado a Madrid en 1915 como estudiante de Bellas Artes en San Fernando.[5] Alfonso Romero Mesa permaneció en Madrid durante la Guerra Civil, falleciendo nueve meses después de agotada la contienda.[7] Junto con Ruiz de Luna y Guijo firmó, entre 1917 y 1930, algunos ejemplos mayores del uso publicitario del azulejo en el comercio madrileño,[8] como los referidos paneles exteriores de gusto costumbrista del colmado y tablao flamenco "Villa Rosa";[9] y los techos y cuadros del bar Los Gabrieles, «Capilla Sixtina» del azulejo madrileño.