Inicialmente, demostró un gran entusiasmo por la música, y su familia le procuró una esmerada formación como violinista, sin descuidar el resto de su educación.
A los 35 años, en 1770, Fontaine des Bertins lo introdujo en las matemáticas, transmitiéndole un entusiasmo que pronto hizo suyo.
Respecto a la matriz de que procede el determinante, estas entidades, las matrices, ni tan siquiera habían sido definidas por aquel entonces; no obstante, sí se tenía una noción muy desarrollada de lo que era un determinante.
Pudo conocer a los químicos Bézout y Lavoisier, con los que pronto inició una estrecha colaboración.
Diez años después, en 1787, publicaría, con Gaspard Monge y Bertholet, dos tratados sobre la manufactura del acero, con el objeto de mejorar el acero empleado en bayonetas, para lo cual experimentó diversas combinanciones de hierro y carbono en la aleación.
Tras el fin del reinado del Terror (que había costado la cabeza a su amigo Lavoisier), participó en la École Normal junto con Laplace, Lagrange y Monge, y se involucró en algunos asuntos de economía política antes de morir, tras una larga enfermedad, en 1796.