La única fuente acerca de esta persona es una escueta reseña que hace el historiador griego Polibio durante la descripción topográfica de Cartagena para el volumen X de sus Historias,[2] en el que cita a Aletes como un héroe local al que tras la mencionada deificación se consagró una de las colinas fundacionales, que actualmente se corresponde con el cerro de San José.
La existencia de un templo bajo su advocación en aquel promontorio no es segura en vista del laconismo de Polibio al respecto, pero ello no ha impedido que sean varios los autores que aventuren su posible presencia coronando el recinto sagrado.
Así, en 1930 el arqueólogo e historiador alemán Adolf Schulten quiso ver en él un influjo etrusco sobre los pueblos del Levante español,[4] en una teoría que no ha encontrado respaldo académico.
Más apoyo ha obtenido la posición del francés Stéphane Gsell, quien en 1920 afirmó que en el caso de Aletes podía tratarse de un nombre ibero,[5] y cuya hipótesis se vio desde la década de 1960 sostenida entre los historiadores españoles gracias a los avances en la identificación del signario ibérico.
[6] El último punto de controversia se produjo en 1982, cuando el alemán Michael Koch introdujo la teoría de que Aletes no existió como persona real,[7] en una postura generalmente contestada por la historiografía hispana, encabezada por José María Blázquez Martínez.