Agustina Paz conoció a Segundo Roca en 1836, cuando este se unió a la campaña del exgobernador Javier López, una campaña que iba dirigida a sacar del poder al caudillo federal, Alejandro Heredia.
La revuelta fracasa contra Alejandro Heredia y este decide fusilar a los invasores.
Fue el padre de Agustina Paz, Juan Bautista Paz, quien siendo ministro de gobierno, le pidió que no fusile a Segundo Roca ya que era el prometido de su hija.
Su padre, Juan Bautista Paz les regaló la estancia “El Vizcacheral”.
[5][6] Poco se sabe sobre su vida, salvo por cartas enviadas a su esposo que hoy se guardan en el Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán.