Allí realiza estudios de ingeniería y se relaciona con la política soviética.
Es recordado por su protección a los árbitros en un intento de agresión en un partido contra el Dinamo Tbilisi.
Su papel político es cada vez más importante en el Instituto de Energía y entre la comunidad española en la URSS.
Recién llegado a España, la Dirección General de Seguridad pone sus ojos en Agustín.
Es detenido en 1961 por la Policía franquista y trasladado a la cárcel de Carabanchel, en Madrid, donde será torturado.
Sin embargo, su detención representó para el régimen franquista un problema diplomático de primera magnitud.
Agustín Gómez se establece en París y desde la capital francesa desarrolla sus actividades clandestinas en el País Vasco.
Su postura política, más fiel a las líneas oficiales de Moscú, lo enfrentan con Santiago Carrillo.