Hipoclorito de sodio

El hipoclorito de sodio, o hipoclorito sódico, (cuya disolución en agua es conocida como lejía, cloro o lavandina, según la zona)[nota 1]​ es un compuesto químico, fuertemente oxidante de fórmula NaClO, muy utilizado como biocida o desinfectante.

[cita requerida] La estabilidad del hipoclorito en disolución acuosa depende de su pH (cuanto mayor, es más estable), de su propia concentración (disoluciones menos concentradas, son más estables), la presencia de determinadas impurezas (algunos metales aceleran su descomposición), el tiempo desde que se ha preparado (con el tiempo se va descomponiendo) y la temperatura de conservación (temperaturas altas, aceleran su descomposición).

Al acidular, libera cloro molecular (Cl2) gaseoso y muy tóxico.

Carl Wilhelm Scheele, que descubrió el cloro al hacer reaccionar el ácido clorhídrico con óxido de manganeso, descubrió que este gas decoloraba muchos pigmentos vegetales.

Al ser un gas asfixiante, su utilización no era práctica, hasta que Claude Louis Berthollet estudió en 1785 la utilización de su disolución en agua para blanquear telas.

[2]​ Desde finales del siglo XVIII, además, se fueron encontrando usos al hipoclorito como desinfectante; los pioneros fueron el médico francés Pierre-François Percy (1793; la reducción de mortalidad sería de alrededor del 50 %[3]​) y el farmacéutico Antoine Germain Labarraque (1825), a quien se atribuye la sustitución del potasio por sodio.

El hipoclorito reacciona a temperaturas elevadas para dar clorato y cloruro: A veces se aprovecha esta reacción para la síntesis del clorato.

Para que la electrólisis tenga lugar se debe salar ligeramente la piscina (necesitaremos 4 g de sal por litro de agua).