Antoine Germain Labarraque

Posteriormente, Labarraque participó en varias comisiones para examinar las presentaciones realizadas a la sociedad.

El cuerpo putrefacto del rey desprendía un olor fétido mucho antes de morir.

El químico eliminó el olor cubriendo el cuerpo con una sábana empapada en agua clorada.

Este ensayo difundió el uso del "agua de Labarraque" en Gran Bretaña.

[9]​ Las soluciones de cal clorada y sosa de Labarraque se habían recomendado en 1828 para prevenir infecciones (llamadas "infecciones contagiosas" y que se suponía que se transmitían por "miasmas") y también para tratar la putrefacción de las heridas existentes, incluidas las sépticas.

En 1847, Ignaz Semmelweis, mientras investigaba sobre la fiebre puerperal y como prevenirla, usó agua con cloro, luego soluciones de cal clorada más baratas, para desodorizar las manos de los médicos austriacos.

En sí, ambos son germicidas y antisépticos, solo que el jabón es menos efectivo.

[10]​ Mucho más tarde, durante la Primera Guerra Mundial en 1916, Henry Drysdale Dakin desarrolló una modificación estandarizada y diluida de la solución de Labarraque que contenía hipoclorito y ácido bórico.

[3]​ Labarraque también escribió un gran número de disertaciones e informes que aparecieron en periódicos y revistas científicas.