Congelamiento

La combinación de temperaturas frías y bajo flujo sanguíneo pueden causar lesiones graves en los tejidos que sufren congelación.

En caso de que el congelamiento no se trate inmediatamente, los daños pueden llegar a ser permanentes.

La piel abierta por cortes puede infectarse, lo cual puede causar gangrena, y entonces podría ser necesaria la amputación del miembro afectado.

La hipotermia es el problema más grave que aparece tras la exposición al frío ambiental y puede llegar a ser potencialmente mortal.

Inicialmente la exposición al frío va a producir vasoconstricción, vasospasmo y enfriamiento del miembro afectado.

La gravedad y la extensión del daño producido no será evidente hasta después de recalentar la zona.

Las lesiones por congelación se dividen en cuatro categorías, de forma similar a las quemaduras térmicas.

La congelación es más probable cuando se altera la capacidad del cuerpo para producir o retener calor.

La inmovilidad y el estrés físico (como la desnutrición o la deshidratación) también son factores de riesgo.

La exposición repetida al agua fría hace que las personas sean más susceptibles a la congelación.

Tras el tratamiento inicial se producirá la recuperación lentamente progresiva de los tejidos viables y la necrosis del área irrecuperable.

Entonces se llevará a cabo el desbridamiento quirúrgico de los tejidos necróticos y las amputaciones necesarias.

El tratamiento quirúrgico precoz sólo se debe realizar en caso de infección local no controlada.

No hay evidencia suficiente todavía para determinar si la oxigenoterapia hiperbárica como tratamiento complementario puede ayudar a salvar tejido.

[3]​ Los investigadores han encontrado evidencia de congelación en humanos que se remonta a 5.000 años atrás, en una momia andina.

Unas manos congeladas.
Un video infográfico de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. sobre la prevención de la congelación.
El montañero Nigel Vardy en el hospital después de sufrir congelación cuando se quedó solo durante la noche en Denali en 1999. Posteriormente le amputaron la nariz, los dedos de las manos y de los pies.