Afectividad

Hoy llamamos afectos a todos estos estados que nos influyen o motivan.Hoy en día se conoce mucho mejor el papel de los afectos en el pensamiento y el juicio, así como en la motivación o la voluntad.[4]​ [5]​ Immanuel Kant distinguió entre los elementos sensibles y los de la potencia cognitiva intelectual y en la Crítica de la Razón Pura afirmó que «todas las intuiciones, en cuanto sensibles, se basan en afecciones, mientras que los conceptos lo hacen en funciones».Por su parte, António Damásio propone una especie de árbol del cual van emergiendo los niveles sucesivos que llevan hasta los sentimientos: Respecto de las emociones sociales, incluye la simpatía, la turbación, la vergüenza, la culpabilidad, el orgullo, los celos, la envidia, la gratitud, la admiración, la indignación y el desdén.[7]​ Jaak Panksepp, un neurocientífico estadounidense, ha investigado las bases neuronales de las emociones y la afectividad.
Busto de Hipócrates en el Museo Pushkin
Baruch Spinoza
António Damásio en 2013.