Crítica de la razón pura

La Crítica de la razón pura (en alemán: Kritik der reinen Vernunft) es la obra principal del filósofo prusiano Immanuel Kant.

Se trata de una indagación trascendental (acerca de las condiciones epistémicas del conocer humano) cuyo objetivo central es lograr una respuesta definitiva sobre si la metafísica puede ser considerada una ciencia.

Entre otras cosas, Kant intenta superar la crítica al fundamento epistemológico del principio de causalidad (y por lo tanto al saber científico) que había hecho David Hume, que no tenía una respuesta satisfactoria hasta su época.

Lo que va a indagar es «cómo son posibles esos juicios» cuya existencia es, según él, «obvia».

Gracias a esta facultad podemos construir una representación de la realidad, es decir, percibir el mundo.

Es una colección de posibles relaciones espaciales entre mónadas (sustancias simples e indivisibles que componen la realidad).

«…En cuanto al tiempo, espacio, lugar y movimiento, son de sobra conocidos para todos.

El espacio absoluto, por su naturaleza y sin relación a cualquier cosa externa, siempre permanece igual e inmóvil; el relativo es cualquier cantidad o dimensión variable de este espacio, que se define por nuestros sentidos según su situación respecto a los cuerpos, espacio que el vulgo toma por el espacio inmóvil: así, una extensión espacial subterránea, aérea o celeste definida por su situación relativa a la Tierra.

Pues si la Tierra, por ejemplo, se mueve, el espacio de nuestra atmósfera que relativamente y respecto a la Tierra siempre permanece el mismo, ahora será una parte del espacio absoluto por la que pasa el aire, después otra parte y así, desde un punto de vista absoluto, siempre cambiará.

En este sentido la lógica no arroja nada sobre el contenido del conocimiento sino más bien sobre las condiciones en las que conocemos, condiciones que llegan a ser completamente indiferentes al objeto en sí.

Se sigue que el entendimiento puro se distingue incluso de la sensibilidad al ser este el que provee las reglas básicas mediante las cuales un sujeto conoce un objeto determinado de la experiencia.

Kant indica que la descomposición de los contenidos del conocimiento, es una capacidad propia del entendimiento que le sirve a sí misma para poder investigar la eventual existencia de conocimiento a priori.

La base del entendimiento está dada por los conceptos, esto es que todo conocimiento se funda en conceptualizaciones varias, de carácter discursivo y no intuitivo.

De esta manera, este Libro segundo se puede subdividir en tres capítulos.

Kant considera que la razón siempre busca la condición o fundamento de las cosas.

En ella se tratan una disciplina, un canon, una arquitectónica y una historia de la razón pura.