Esta utilización de la Regia Aeronautica llegó a su cenit cuando dos flotas de hidroaviones italianos, dirigidas por el General Italo Balbo, cruzaron el Océano Atlántico en 1931 hacia Brasil y luego en 1933 hacia Estados Unidos y ganaron repentina fama mundial, aprovechada por la propaganda del fascismo para publicitar el poderío industrial italiano.
En 1936 la Regia Aeronautica empieza a participar en la guerra civil española enviando un contingente conocido como Aviación Legionaria al servicio del bando nacional.
Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló en 1939, Italia tenía la fuerza aérea más pequeña entre las tres principales potencias del Eje.
No obstante, los casi 3000 bombardeos italianos a Malta fracasaron tras dos años de campaña pese al apoyo aéreo alemán.
Con Ernesto Botto en el Ministerio del Aire, esta fuerza aérea luchó y estuvo organizada estrechamente con la Luftwaffe, sirviendo en el norte de Italia con algunos aparatos mantenidos en buen estado.