Cuando Italia entró en la Primera Guerra Mundial en 1915, Nobile que por aquel entonces tenía 29 años intentó alistarse en tres ocasiones pero en todas ellas fue rechazado por considerarlo físicamente incapacitado para el servicio.En julio de 1918, Nobile crea su propia empresa junto con Giuseppe Valle, Benedetto Croce, y Celestino Usuelli dedicada a la construcción aeronáutica.Estos ya lo habían intentado con anterioridad utilizando dos hidroaviones Dornier Do J, pero se quedaron a unos 280 km del Polo Norte, cuando tras un aterrizaje forzoso el hielo les tuvo bloqueados durante 30 días.Tras sobrevolarlo, aterrizaron en Teller, Alaska dos días más tarde, ya que los fuertes vientos hicieron imposible la vuelta a Noruega.Esta polémica con Amundsen no impidió que Nobile siguiera conservando una buena relación con otros científicos interesados en el polo y empezó a planear una nueva expedición, esta vez bajo control italiano.Varios barcos privados fletados por científicos y exploradores polares también participaron en la búsqueda.Incluso Amundsen olvidó las diferencias del pasado y se unió a los rescatadores, encontrando la muerte en su sobrecargado hidroavión cuando regresaba al cuartel general de los exploradores.Nobile llegó al Città di Milano donde se sorprendió de la incompetencia reinante.Esta muestra de popularidad no había sido prevista por sus enemigos, que habían utilizado la prensa nacional y extranjera para acusarle y así ocultar su propia incompetencia en las labores de rescate.Durante una entrevista con Benito Mussolini ofendió al dictador exponiendo detalladamente todas sus quejas, sellando así su destino.Las circunstancias del accidente fueron muy complejas y no sería justo achacar a Nobile toda la responsabilidad: condiciones climáticas horribles, fallo de los equipos y malas decisiones colaboraron en el desastre.Pero al año siguiente Nobile debe enfrentarse a una prueba aún más dura, la muerte de su esposa.Nobile volvió entonces a su querida Universidad de Nápoles donde fue profesor hasta su retiro.La trágica expedición del dirigible de la clase N Italia y el rescate de los supervivientes ha sido llevado al cine en la película La tienda roja, dirigida en 1971 por Mijaíl Kalatozov.