Acción Ejecutiva

Posteriormente se expandiría a cualquier método para deshacerse de los líderes "no amistosos" con Estados Unidos.

Esto involucraba una política que más tarde se conocería como Executive Action (del idioma inglés: Executive action ‘Acción ejecutiva’) (un plan para remover líderes foráneos no amistosos del poder).

Más tarde otros jefes del crimen como Carlos Marcello, Santo Trafficante y Meyer Lansky, se involucraron en este complot contra Castro.

[2]​ Si los asesinos eran capturados o muertos, los medios aceptarían que la mafia estaba cobrando su propia venganza y el gobierno norteamericano no se vería involucrado.

Sin embargo, seguiría jugando en este complot de la CIA para prevenir persecuciones legales en los Estados Unidos.

La mafia siempre ha sido más pragmática que las oficinas federales de los Estados Unidos.

Los asesores de Kennedy (todos Skull & Bones) lo convencieron de que Fidel Castro era un líder impopular y que una vez comenzada la invasión, el pueblo cubano recibiría excelentemente a las fuerzas mercenarias entrenadas por la CIA.

Muchos de los asesores tenían intereses directos o indirectos en Cuba (a través del Grupo Suite 8-F).

Dos días después cinco transportes trasladando 1.400 exiliados cubanos llegaron a Bahía de Cochinos.

Dentro de las siguientes 72 horas todas las tropas invasoras estaban muertas, heridas o rendidas.

Ted Shackley, el nuevo jefe de JMWAVE, también empezó a jugar un importante rol en la planificación del asesinato.

Un amigo de Harvey decía que "odiaba a Bobby Kennedy hasta los intestinos con pasión púrpura".

Teorías comenzaron a circular en las que jefes mafiosos como Johnny Roselli, Santo Trafficante Jr., Carlos Marcello y Sam Giancana, estaban involucrados en el crimen.

También descubrieron que Helms había estado involucrado en espionaje doméstico en Estados Unidos y en el asesinato de Patrice Lumumba, del General Abd al-Karim Kassem y de Ngo Dinh Diem.