McCulley sostenía que los hombres deberían poder poner fin a sus obligaciones legales con los hijos no deseados.
Hardwing remarca que la problemática no se limita al embarazo y parto, puesto que en ese caso estaría a favor de una decisión exclusiva de la mujer.
[22][23] Los críticos dicen que los hombres deberían usar métodos anticonceptivos (ya sea anticonceptivos o esterilización) o practicar la abstinencia si quieren evitar las responsabilidades financieras y personales de la paternidad.
[1] La socióloga Karen Sjørup, quien realizó una investigación sobre el tema,[27] argumenta esta fórmula jurídica daría a las mujeres más libertad al permitir que las que quieren convertirse en madres sin tener que compartir los derechos y deberes de la paternidad con los hombres tengan una manera adicional de hacerlo.
[4] La feminista estadounidense Karen DeCrow fue una férrea defensora del aborto de papel.
[30][20] En 2006, el Centro Nacional de Hombres estadounidense (National Center for Men) respaldó una demanda conocida como Dubay vs Wells.
Incluso en países donde está prohibido el aborto inducido o en el supuesto de que no se quiera abortar, según la feminista francesa Évelyne Sullerot se produce una discriminación contra los varones en asuntos reproductivos: una mujer soltera que tenga un hijo puede cederlo en adopción y no tendrá que mantenerlo ni pagar una pensión.
En cambio, un padre soltero puede ser obligado a pagar una pensión de alimentos, incluso cuando el hijo haya sido concebido mediante engaño («paternidad forzada»).