En lingüística, el término ablaut designa un sistema de alternancias vocálicas (en especial, variaciones regulares) en el protoindoeuropeo y sus lejanas consecuencias en todas las modernas lenguas indoeuropeas.
La sinarmonía vocálica es otro ejemplo de alternancia regular, que se presenta en lenguas urálicas y altaicas.
El ablaut es la única, más antigua y extensa fuente de la gradación vocálica en las lenguas indoeuropeas.
En este sencillo y atípico ejemplo, vemos un cambio al grado cero cuando el acento se mueve a la sílaba siguiente, un cambio al grado o cuando el acento recae en la sílaba precedente, y un alargamiento de la vocal cuando no hay inflexión.
Sin embargo, ya que en muchas situaciones fonéticas con ablaut controlado éste nunca se ha desarrollado, la posición del acento en la palabra puede no haber sido un factor determinante después de todo.
*-es que muestran un grado e pretónico y postónico, respectivamente, nunca seremos capaces de encontrar una regla infalible en cualquier caso.
Sin embargo, no todas las sílabas del PIE eran capaces de formar un grado cero; algunas estructuras consonánticas lo evitaron en casos particulares, o por completo.
En el PIE tardío, la desaparición de la laringal h2 pudo dejar una a residual que puede explicar su presencia en el idioma.
Aunque el PIE sólo tuvo esta única, básica y regular secuencia de ablaut, el desarrollo en las lenguas hijas es frecuentemente de lejos más complicado, y pocos reflejan el sistema original tan claramente como el griego.
Así, mientras que el ablaut sobrevive de alguna forma en todas las lenguas indoeuropeas, se convierte progresivamente en menos sistemático con el tiempo.
En el germánico, por ejemplo, hay muchas secuencias de ablaut paralelas (pero aún regulares) pero en el inglés moderno las alteraciones vocálicas parecen ser completamente irregulares.
Estos no eran los principales marcadores de la forma gramatical, ya que el sistema inflectivo servía para este propósito, pero debieron ser importantes características secundarias.
El mismo fenómeno puede observarse en las tablas de verbos del latín, griego y sánscrito.
Cuando, mucho después, las lenguas hijas se hicieron incompatibles con esta plosión nasal, introdujeron vocales compensatorias tras la /s/.