En la tradición gaélica escocesa, este proceso iba acompañado de canciones que las mujeres cantaban para ir marcando el ritmo.
En la época romana, el abatanado era realizado por esclavos, quienes trabajaban la tela mientras estaban sumergidos hasta los tobillos en tinas de orina humana.
El segundo paso tras el descrude era espesar la tela uniendo las fibras para darle resistencia y aumentar su impermeabilidad (fieltrado).
[3] La primera referencia conocida a un batán en Francia, que data aproximadamente de 1086, se descubrió en Normandía.
Al impactar el agua contra las cucharas de la rueda, esta giraba llevando solidario el eje, cuyas levas accionaban los mazos que golpeaban las mantas.