Pecunia non olet

Pecunia non olet ("el dinero no huele") es una locución latina atribuida al emperador romano Vespasiano (69–79 d. C.).

[1]​ En la Antigua Roma, era común que la orina recogida en las letrinas públicas se aprovechase con fines industriales.

A partir de entonces, los artesanos que la necesitaran en sus negocios debían pagar el nuevo impuesto por su uso.

Al negarlo Tito, Vespasiano respondió: «Y sin embargo, procede de la orina» (Atqui ex Lotio est).

Asimismo, es probable que Scott Fitzgerald aludiese a ella en su novela El gran Gatsby, cuando se refiere al dinero como "no olfativo".