Se identifica como cultura del ocio al conjunto de patrones culturales desarrollados en las sociedades industriales como respuesta a la gradual disminución, a lo largo del siglo XX, de la jornada laboral de las clases trabajadoras.Los conceptos ocio y tiempo libre cobran relevancia en la Inglaterra victoriana en paralelo con la incorporación a las fábricas de maquinaria más eficiente y la creación de los primeros sindicatos.La extensión y mayor asequibilidad de los medios de transporte, consecuencia de las nuevas redes ferroviarias, permitió a los trabajadores urbanos viajar en sus recién obtenidos días libres.[3] En paralelo a todo ello surge la moderna Industria del entretenimiento, con el cine en primer lugar y el posterior desarrollo de sectores como la televisión, la industria musical o la industria de los videojuegos.La extensión del ocio entre las clases trabajadoras ha tenido un enorme impacto en la cultura popular, convirtiendo al pueblo llano en generador y consumidor prioritario de determinadas formas expresivas.