Abadía benedictina
En Montecassino, Benito de Nursia fundó en 529 una abadía, como conjunto de edificaciones en torno a un claustro para que los monjes que le habían seguido, pudieran llevar una vida en común, incluyendo la iglesia, dormitorios, refectorio, sala capitular y otras dependencias.La regla y su adaptación a circunstancias diversas de la vida cotidiana, haría entre otros motivos, que fuera apoyada por el papa Gregorio Magno -que impuso su divulgación- y que se extendiera por toda Europa, llegando por el oeste hasta Northumbria (actual Inglaterra).Con sus ideales del llamado renacimiento carolingio, basado en la admiración por la antigüedad clásica, reforzó en su imperio la educación y su poder político, para lo que eran vitales, entre otros, los monasterios, únicos en esa época que podían llevar a cabo una enseñanza de calidad y producir en sus scriptorium los libros manuscritos necesarios.Al principio, no se seguía ningún plan específico para la construcción del complejo abacial.En un primer momento, los monjes simplemente copiaban los edificios que les eran más familiares, como las casas o villas romanas, adoptándolos a las necesidades de cada comunidad.Está edificado claramente de acuerdo a la regla benedictina, que establecía que, si era posible, el monasterio contuviese todo lo necesario para la vida, así como los edificios conectados más íntimamente con la vida religiosa y social de sus internados.En total son 33 bloques separados.La iglesia es cruciforme, con una nave de 9 arcadas y un ábside semicircular en cada extremo.