Se convirtieron en grandes residencias aristocráticas[3] que combinaban funciones residenciales y productivas.[4] Sus orígenes se remontan a las villas griegas del siglo V a. C. y aparecen un siglo más tarde en la zona del Latium (la región cuyo centro es la ciudad de Roma, en el centro-oeste de la península italiana).Esto repercute positivamente en las villæ, cuya parte residencial pasa a ser cada vez más sofisticada y elegante constituyéndose en magníficas domus.Ya con dimensiones comprobadas arqueológicamente, las 20 villas de Pompeya (año 79 d. C.) estaban entre 50 y 80 iugera.Más tarde, según se observa en el aspecto arquitectónico de algunas villas, pueden aparecer ligados a la parte urbana y mostrando un cierto decoro.Parte del personal encargado de su cuidado, podía alojarse cerca de estos establos, que, como muestra la documentación arqueológica, se encuentran, unas veces aislados y separados del cuerpo central, otras, anejos al granero.Las bodegas de aceite y vino, se encontraban preferentemente en locales bajos, mientras que los graneros se pueden localizar al nivel del suelo o en alto (tabulatum), para conservar el forraje (al nivel del suelo?), cereales, legumbres, frutas, carne salada y queso (estos tres últimos en el carnarium).Los graneros disponían, además, de un horno para tostar el cereal y un molino para hacer la harina (pistrinum); habitualmente, se hallaban apartados del cuerpo central para evitar el peligro de incendios y su propagación.[19]La villa suburbanae (urbana), residencia de la aristocracia romana, tiene su origen en el palacio helenístico.Fue constante la reutilización de sus materiales en las construcciones medievales;[31] lo que también ha dejado huella en la toponimia.[35] A veces se denominan impropiamente como villa las mansio (hospederías públicas)[36] o incluso los campamentos romanos (castrum).[37] Se distinguen cuatro tipologías de villas romanas en Hispania: las villas "de plan diseminado" (algunas sin orden aparente y otras con las edificaciones alineadas en torno a un espacio abierto rectangular), las villas "urbano-rústicas" (algunas centralizadas en torno a un peristilo o patio porticado y otras sin él), las villas "residenciales" (que no se asocian o no se han podido asociar con dependencias rústicas), los "establecimientos rústicos" (que, de modo opuesto, no se asocian o no se han podido asociar con dependencias residenciales) y las villas "marítimas" (que en Hispania no presentan el xystus[18] y el barrio marítimo característicos de las equivalentes en otras partes del Imperio -una excepción parcial es la de Centroña-).Su conexión con la red fluvial y los puertos marítimos los hacía ser tanto centros agrícolas como comerciales.Sirvieron de matriz a los primeros señoríos (seigneuries) o feudos (fiefs) locales, viviendo en autarquía agrícola y artesanal.En la actual Austria el yacimiento de Carnuntum se ha musealizado la llamada "Villa urbana".