Villa romana de Carranque

Bajo la paja del rastrojo, vi unas teselas sueltas y encontré unos trozos de mosaico que el arado había arrancado.

Con un palo comencé a arañar el suelo y, en seguida, apareció el resto del mosaico.

[4]​ Estos mosaicos pertenecían a la hoy denominada villa de Materno, pues este nombre es el que figura en la cartela del dormitorio principal.

Los suelos estaban decorados con opus sectile, mármol recortado en formas geométricas o florales.

En el catastro del Marqués de la Ensenada, año 1750, ya no existe la ermita, quedando solo sus ruinas.

Su obra consiste en una combinación de hormigón (opus caementicium) y ladrillo cocido (opus testaceum)y columnas de granito adosadas al muro por el exterior, estos muros tenían 2 metros de espesor, posiblemente para poder contener en su lado interior, hornacinas para albergar estatuas o urnas cinerarias.

Se accedía por un porche porticado sustentado por columnas de ladrillo, flanqueado por dos torreones cuadrados.

La zona noble disponía de calefacción por hipocausto, que consistía en un horno exterior donde se calentaba el aire que pasaba por debajo del suelo, sustentado por pilastras, para salir por unos tubos cerámicos a modo de chimeneas.

En la parte rústica se han hallado unas construcciones que servirían para la producción de aceite y vino en la villa.

Al oeste se levantaba un edificio cuadrangular con un espacio para pisar la uva, calcatoria, y sus respectivas cubetas, lacus, para recoger el mosto.

Actualmente la villa es cubierta por una enorme carpa metálica para protegerla de las inclemencias del tiempo.

El descubrimiento
Samuel López sobre un mosaico
Restos del edificio palacial
Marte y Venus
Cesto con flores
Atenea en las metamorfosis