Villamarchante

Aproximadamente un 25 % de la superficie del término municipal está ocupada por masas boscosas.

Además del núcleo urbano, Villamarchante tiene diversas urbanizaciones: La Balsilla, Les Creuetes, Els Creves, Monte Horquera, La Rodana, La Pedrera, La Llomaina, Les Plantades, Mulló Crussà, Mas del Moro y El Pozo Santa Teresa.

El desarrollo histórico del municipio de Villamarchante ha experimentado una evolución que data de la época antigua hasta la actualidad, definiendo el modelo territorial que ha llegado hasta nuestros días.

Los vestigios más antiguos de una primitiva ocupación humana en la zona pueden remontarse al Paleolítico Superior, suponiendo un asentamiento humano más o menos continuo por tierras colindantes hasta el Mesolítico.

Durante el siglo XVI, Villamarchante tenía una población mixta pero con predominio de moriscos.

A finales del siglo XVIII toda la comarca del Campo de Turia registra una prosperidad centrada en la agricultura principalmente, siendo los cultivos más importantes el trigo, los algarrobos, la aceituna y la vid.

Las tierras de cultivo se habían ido extendiendo, la masía o el más era la unidad típica del secano y se correspondía con las grandes y medianas propiedades rústicas.

En la actualidad se está desarrollando un proyecto para ejecutar una Ronda en la CV-50 que rodeará el municipio por su lado oeste.

Junto a ellas, hay que citar industrias como conservas vegetales, pirotecnia y elementos electrónicos.

Está localizado en el monte de utilidad pública (MUP) denominado Les Rodanes.

Presenta un elevado valor natural, pudiendo ser catalogado como una singularidad litológica silícea de gres y rodeno, que es poco habitual en la Comunidad Valenciana.

El interés forestal del paraje es máximo, tanto por la cantidad (biomasa forestal), como por la calidad (biodiversidad de plantas autóctonas, endemismos, tipos de vegetación, fauna asociada, suelos evolucionados, etc.).