Este proceso pudo darse gracias al mecanismo de RACE (rapid amplification of cDNA ends).[2] Por ejemplo, en las células hepáticas, la transcripción del gen de ADRP está regulada por PPARα mientras que en los macrófagos el activador es el PPARβ/δ.En cuanto a su presencia intracelular, mayoritariamente, se encuentra en la superficie de los lipid droplets.Además, está presente en la matriz citoplasmática o citosol donde se ha detectado de forma libre.Por lo tanto, podemos decir que esta proteína provoca una acumulación de triglicéridos, entre otros lípidos, en la célula.Es decir, a pesar de ser una proteína con un papel central en este proceso metabólico, es independiente y no interacciona con otros genes lipogénicos que participan en el desarrollo de los lipids droplets, como por ejemplo ACS, aP2/FABP y CD36/FAT.Ahora bien, recientes estudios han demostrado que la ADRP, en este ámbito, se encarga de transportar los ácidos grasos ya interiorizados y que se encuentran en el citosol o matriz citoplasmática hacia la superficie de los lipid droplets.Estos estudios se han basado en calcular el nivel de triglicéridos que se acumula en células con la misma cantidad de ADRP pero cultivadas en medios extracelulares diferentes: unos ricos en ácidos grasos y otros sin.Una vez finalizado el experimento se vio que el nivel de triglicéridos había aumentado similarmente.Por lo tanto, es un claro índice que esta proteína no tiene como función internalizar ácidos grasos.(2011)[6] demuestra que el ADRP es un marcador biológico para detectar un cáncer colorrectal en sus primeros estadios.Esta observación se puede relacionar con el hecho que las células del carcinoma tienen una gran cantidad de lípidos, entre ellos el colesterol.Un estudio liderado por Madeleen Bosma en el año 2012[9] encontró una relación entra la proteína ADRP y la hormona insulina, pieza clave en la Diabetes Mellitus.
Imagen de la proteína ADRP, usando Swiss-PDB viewer.
Otra representación desde otro punto de vista de la ADRP, usando Swiss-PDB viewer.