Fue creada con el objeto de preservar el ambiente natural al sur del río Negro, destinándolo a actividades educativas, científicas y recreativas.
Una zona del área protegida conocida como «Valle de la Luna Rojo», —nombre asignado por su similitud con algunos de los paisajes que se encuentran en el Parque provincial Ischigualasto—, presenta formaciones del cretácico.
Solo entre los vistosos ejemplares de la familia Thraupidae, existen registros de observaciones de naranjeros (Pipraeidea bonariensis), comesebos andinos (Phrygilus gayi), yales negros (Phrygilus fruticeti), yales carboneros (Phrygilus carbonarius), diucas comunes (Diuca diuca), monteritas canela (Poospiza ornata), jilgueros dorados (Sicalis flaveola), mistos (Sicalis luteola) y cardenales comunes (Paroaria coronata).
[5] Las barrancas casi verticales que limitan el valle —también llamadas bardas—, dejan al descubierto afloramientos rocosos con importantes yacimientos fósiles donde se encontraron restos de los enormes Antarctosaurus, ejemplares de cocodrilos Notosuchus y Comahuesuchus, restos de serpiente del género Dinilysia emparentada lejanamente con boas actuales, algunas tortugas cuya especie no está determinada, pero que se sabe que pertenecen a los subórdenes Cryptodira y Pleurodira, mamíferos asignados a las familias Leontiniidae, Hegetotheria y Adinotherium.
[2] Además se encontraron niveles de paleosuelos con abundante bioturbación y rizoconcreciones.