Un árbol singular es un árbol que, por sus características extraordinarias o destacables (tamaño, edad, significación histórica o cultural, rareza, belleza etc.) es considerada reliquia botánica, objeto de respeto y con valor científico, cultural, didáctico, paisajístico u ornamental.En Galicia destacan los robles, taxus y sobreiras cómo árboles autóctonos, habiendo también especies naturalizadas como los castaños, introducidos durante el imperio romano.[1] También aparecen muchas especies ornamentales como cedros, pinos, cipreses, secuoyas, thujas, liquidámbares, laureles o camelias.A La hora de seleccionar los ejemplares o formaciones singulares se estudia la edad de los ejemplares, relevancia cultural (criterios históricos y tradicionales), valor estético (criterios estéticos y dendroméricos), rareza (criterios biológicos y ecológicos) en su situación o en su distribución (criterios de situación) etc. Algunos critican que la Junta no tenga actualizada el listado desde el año 2011, mientras quince árboles singulares hayan desaparecido desde entonces y otros se encuentren en riesgo extremo de muerte o desaparición.La situación del taxus de Ternero, en Puentedeume, es también crítica.
Vista del castaño de Pumbariños en el Soto de Rozavales.