Este último compuesto reacciona con el fosfoenolpiruvato para dar lugar al -N- acetilneuraminico 9 P (ácido siálico), que, para poder entrar en la ruta de biosíntesis de oligosacáridos en la célula ha de activarse mediante la adición de un nucleósido monofosfato, proporcionado por la citidina trifosfato, lo que da lugar a la «citidina monofosfato-ácido siálico» (CMP-ácido siálico).
[1] Es un azúcar que se incorpora a proteínas o lípidos durante el proceso de glucosilación en las células.
Confiere carga positiva a las células y actúa como señalizador intercelular.
En sistemas bacteriales, los ácidos siálicos son biosintetizados por una enzima tipo aldolasa.
La enzima utiliza un derivado de la manosa (N-Acetil-2-manosamina) como sustrato, en donde se efectúa una condensación aldólica con una molécula de ácido pirúvico, la cual aporta con tres carbonos del ácido siálico.