Durante el desarrollo embrionario temprano, el ácido retinoico generado en una región pectoral específica del animal permite determinar la posición a lo largo de la vida.
Una vez el β-caroteno ha sido ingerido se adhiere en el lumen del intestino por la β-caroteno dioxigenasa y se inicia el proceso siguiente para la síntesis del ácido retinoico.
Finalmente el retinaldeído se oxida fácilmente a ácido retinoico mediante la acción de otra enzima llamada retinaldehído oxidasa.
El transporte plasmático del ácido retinoico se logra unido a la albúmina.
El AR actúa como mensajero intracelular combinándose con receptores nucleares[1] y modificando la expresión de genes.
El AR también participa en los mecanismos que controlan la reacción inflamatoria, ya que ha sido relacionado con la generación y la expresión de óxido nítrico, prostaglandinas, interleucina y citocinas.
Estas sustancias actúan en la generación o el mantenimiento del dolor debido a la inflamación.
Por ejemplo en el caso del neuroblastoma,[2] un cáncer infantil que se origina en el tejido nervioso, es importante debido a la implicación del AR en el desarrollo embrionario y la generación de órganos y sistemas (entre ellos el sistema nervioso).