De hecho la batalla de Iwo Jima y la de Okinawa (todavía en curso mientras se firmaba la capitulación general alemana en Reims) demostraron lo dura y costosa que iba a ser la victoria sobre Japón y en esa campaña la Armada de los Estados Unidos tendría que desempeñar un papel crucial.
[2] A mediados de octubre de 1945 la US Navy donó a la operación el novísimo portaaviones USS Lake Champlain (CV-39), equipado con 3.300 literas, y en noviembre se le unió el acorazado USS Washington (BB-56).
Desde los Estados Unidos regresaron a Europa en esos mismos buques medio millón de ex-prisioneros de guerra alemanes e italianos[3] Tras la rendición de Japón, la armada empezó a repatriar a sus marineros y a los soldados miembros del cuerpo de marines.
[4] En octubre de 1945 la operación alfombra mágica funcionaba a pleno capacidad en todo el mundo con el esfuerzo conjunto del ejército, la armada y la Administración del transporte marítimo de guerra.
Finalmente, en abril de 1946, regresaron 200.000 soldados del sudeste asiático (procedentes de China, Birmania e India) y en septiembre arribó el último transporte del teatro del Pacífico.