[3] Solo algunos títulos fueron licenciados para su distribución en países extranjeros y esto se tornó una dificultad para que los interesados pudiesen conseguir nuevos animes.
Se distribuía un número limitado de copias en pequeños clubs de aficionados al anime y estos adquirían las series subtituladas a un costo modesto o grababan las cintas en un videocasete propio.
[5] En los años 90 el producto final estaba basado en una videocinta, por lo que se hacía uso de un genlock que permitía sincronizar la señal del vídeo con los subtítulos procedentes del ordenador, sobreponiendo estos últimos a la señal de vídeo.
[11] Por lo general, para subtitular un anime se sigue el procedimiento descrito a continuación, aunque sin perjuicio de que algunos fansubs no realicen u omitan algunas de estas etapas.
[12] El proceso de traducción puede llevarse a cabo desde la lengua de origen (japonés) o desde una lengua intermediaria (por ejemplo inglés), esto último algo que es común ver en los fansubs hispanohablantes.
Varios fansub tienden a cometer faltas ortográficas y gramaticales en los subtítulos, ya sea porque su meta es la de lanzar cuanto antes su trabajo sin importarles la ortografía, ya sea porque la traducción fue realizada con un traductor automático en línea, o ya sea porque el fansub no cuenta con suficiente personal, como correctores o editores que pudieran corregirlos, o que los miembros del fansub no tengan un buen conocimiento de la «lengua meta», es decir, del idioma al cual traducir.
[12] Asimismo, se suele incluir el karaoke con las letras del tema de apertura y el tema de cierre, algo que no se hace en las traducciones comerciales.
[12] Los denominados hardsub, por su parte, son aquellos subtítulos integrados directamente al vídeo, por lo que ya no pueden ser editados por los usuarios pero que a cambio, al proveer vídeo y subtítulos unidos simplifican la distribución de los mismos y dificultan la copia entre fansubs.
[12] Si la clasificación se basa en los medios de grabación, se habla de fansub analógico (si usan cintas VHS) y fansub digital (con discos ópticos o archivos digitales).
Las resoluciones más usadas son: Las cuestiones éticas y legales del fansub han sido motivo de acaloradas discusiones desde la creación del primer grupo de subtitulaje.
Otros proyectos de gran porte como Pugyuru y Akane Maniax no fueron adquiridos por distribuidores estadounidenses.
Según la empresa, estos usuarios presuntamente descargaron anime «fansubeado» mediante el protocolo bittorrent.
Se trata de la primera sentencia en el mundo que valora los subtítulos como propiedad intelectual y que castigará con multas y prisión a quienes incumplan estos derechos de autor.