Garamantes

Otra fuente de información son los abundantes petroglifos, que muestran escenas anteriores al surgimiento del reino.

Según Estrabón y Plinio el Viejo, tenían canteras de amazonita en la cordillera del Tibesti.

Los garamantes construyeron una red de túneles subterráneos, llamados foggara por los bereberes, para acceder al agua fósil situada bajo la capa caliza bajo la arena del desierto.

Los garamantes estaban ya probablemente presentes como grupos tribales alrededor del 1000 a. C. Aparecen en los textos por primera vez en el siglo V a. C. Según Heródoto eran «una gran nación que conducían ganados, cultivaban dátiles y cazaban "trogloditas etíopes" con sus cuadrigas»,[4]​ como fuente de esclavos.

Tácito cuenta que ayudaron al rebelde Tacfarinas y asaltaron los asentamientos costeros romanos.

Pero ya en 70 se rebelaron y saquearon la costa de la provincia Africa proconsularis, siendo rápidamente rechazados por el ejército romano de la provincia, formado por la Legio III Augusta y sus auxilia a las órdenes del procónsul Lucio Valerio Festo.

[7]​ Otros factores coadyuvantes serían la invasión islámica en el siglo VII, que no solo asoló numerosos oasis en el desierto, sino que también alteró la red comercial sahariana (de esclavos, fieras, oro, marfil), desviándola más hacia el oeste.

Septimio Severo expandió el Imperio romano en 203 hasta la capital de los garamantes, Garama (área en rosado claro).
Oriente Próximo en 600 d. C., mostrando la ubicación de los garamantes antes de la conquista árabe.