Entre las muy diversas especies de esta familia (aproximadamente ciento cincuenta especies) se encuentran los ánades o patos; las ocas, gansos o ánsares; las yaguasas, los cisnes, las serretas, los eideres, las barnaclas, los cauquenes, los porrones y los tarros.En eras modernas su distribución natural abarca prácticamente todo el planeta Tierra, a excepción (salvo casos ocasionales) de la Antártida.La anátida más grande jamás conocida es la extinta no voladora Garganornis ballmanni con un peso de 22 kg.Combinado con la forma de su cuerpo, esto puede hacer que algunas especies maniobren incómodas en tierra, pero son caminantes más fuertes que otras aves marinas y acuáticas como los podicipédidos o la orden Procellariiformes.[2] Generalmente tienen patas palmeadas, aunque algunas especies, como el ganso nené, han perdido sus membranas de forma secundaria.Un grupo, las serretas, es principalmente piscívoro y presenta picos dentados para ayudarles a pescar.En varias especies, los jóvenes incluyen una alta proporción de invertebrados en su dieta, pero se vuelven puramente herbívoros cuando son adultos.Otros taxones son parásitos y ponen huevos en nidos de otras especies.La caza con lanza de patos rabudos se puede encontrar representada en dibujos murales del antiguo Egipto.la más conocida es la litera de pato, que fue común hasta principios del siglo XX.Aquí los cazadores aprovecharon el comportamiento de los patos para atacar en grupo a un supuesto enemigo.Previamente dividida en seis subfamilias, recientes estudios anatómicos llevados a cabo por Livezey (1986)[9] mostraron que la familia Anatidae se divide en nueve subfamilias, que se listan a continuación.[cita requerida] Comprende entre once y dieciocho géneros, con más de setenta especies vivientes.Son los ánades propiamente dichos; debe evitarse confundir a esta subfamilia con la totalidad de la familia Anatidae.Recientemente una revisión incluyó diez géneros y veintitrés especies vivientes (una probablemente extinta) en esta subfamilia.En la mitología celta suele haber cisnes que en realidad son personas encantadas.El pato mandarín, en particular, representa la fidelidad conyugal debido a su estilo de vida claramente monógamo.[14] Más recientemente está la historia de Selma Lagerlöf sobre Nils Holgersson y los gansos salvajes.