Durante la época postsargónica, Inanna se convirtió en una de las deidades más veneradas del panteón sumerio,[5][6] con templos en toda Mesopotamia.
Su culto continuó floreciendo hasta su declive gradual entre los siglos I y VI de nuestra era, a raíz del cristianismo.
Según este mito sumerio, Enki —una de las deidades más importantes— ocultaba los Me (normas a seguir para gobernar la creación).
Inanna quiso tenerlos en su ciudad y para ello viajó por los cielos en su barca hacia el Apsu (hogar de Enki).
En Sumeria, esta época (otoño e invierno) se usaba con el mismo fin religioso, recuperar la fuerza y mejorar internamente.
En ese contexto cuenta la mitología sumeria que Inanna decidió bajar al inframundo para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta, Ereshkigal.
El papel de la prostitución no está claro y su posible función ritual ha sido discutida.