Fue capturado en altamar por los británicos, y encarcelado en la Torre de Londres durante varios años.
El hijo de Andre, John, contrajo matrimonio con Hester (o Esther) Grasset, también refugiada hugonota.
John Laurens se desempeñaba como talabartero, y su negocio creció hasta convertirse en el mayor de su tipo en las colonias.
Laurens envió a sus tres hijos varones a Inglaterra para que estudiasen, e intentó que el mayor, John Laurens, estudiase leyes.
El único año en que no fue elegido fue 1773, cuando visitó Inglaterra para planificar la educación de sus hijos.
Fue nombrado para el Consejo colonial en 1764 y 1768, pero se negó a aceptar en ambas ocasiones.
En el otoño de 1779, el Congreso nombró a Laurens embajador en los Países Bajos.
Oswald pidió por Laurens ante el gobierno británico, y finalmente, el 31 de diciembre de 1781, fue liberado e intercambiado por el general Charles Cornwallis, tras lo cual pudo completar su viaje a Ámsterdam.
Aunque no fue uno de los firmantes del tratado principal, fue clave para lograr los acuerdos secundarios que resolvieron conflictos relacionados con los Países Bajos y España.
Richard Oswald fue el principal negociador para los británicos durante las conversaciones que antecedieron a la firma del tratado.
Laurens vivió en la finca el resto de su vida y se dedicó a trabajar para recuperar las 40 000 libras esterlinas que había gastado durante la revolución (equivalente a 6.1 millones de dólares en 2016).
En su testamento, solicitó ser cremado y que sus cenizas fuesen enterradas en su propiedad.
Laurens fue el primer blanco cremado de manera formal en los Estados Unidos.