Inicialmente ejerció su actividad en el ámbito cultural fascista, pero gracias a su amistad con el líder fascista de Florencia, Luigi Ridolfi, comenzó su andadura en política y en 1927 se convirtió en el lugarteniente de Ridolfi.
Entre 1929 y 1934 fue el jefe local del Partido Nacional Fascista (PNF), ejerciendo también como escritor en varias publicaciones de distinta índole como el diario Corriere della Sera.
A pesar de su carrera política, Pavolini también publicó varios ensayos literarios y culturales.
Desde este puesto dirigió la propaganda del régimen, llegando a entrar en conflicto con algunos periodistas y jerarcas fascistas que la acusaron ante Mussolini de publicaciones "desmoralizantes".
[11] Posteriormente se supo que en realidad Ghisellini había muerto en medio de una disputa con otro líder fascista.
Pavolini se mostró frontalmente en contra, ya que prefería recuperar la organización inicial de los "escuadristas"[13] como en los primeros tiempos del fascismo, teniéndolos subordinados a un mando político y no a militares profesionales.
En ese contexto, Pavolini se ganó la fama de sanguinario en dichas tareas represivas.
Después de ser finalmente atrapado, fue ejecutado por los partisanos en Dongo, junto a otros quince jerarcas fascistas.