[1] Después de una breve experiencia en el seminario, llegó a ser maestro.
En Módena, durante la Primera Guerra Mundial, fue el líder indiscutido del socialismo local: entre las guerras balcánicas y la Revolución rusa fue al mismo tiempo secretario de la Cámara del Trabajo, secretario de la Federación socialista provincial de Modena y director del periódico socialista Il Domani.
[2] Favorable a una política firmemente antirreformista, Bombacci centralizó y verticalizó todo el socialismo italiano: las «federaciones provinciales» del partido y el Grupo Parlamentario Socialista (GPS) fueron por primera vez dependientes directamente de la Dirección del PSI, a la cual se conectaban también las organizaciones sindicales y cooperativistas de izquierda.
Fundador en otoño de la Fracción Comunista del PSI, conjuntamente con Antonio Gramsci, Amadeo Bordiga, Egidio Gennari y Antonio Graziadei, además que director del periódico Il Comunista.
La polémica llegó hasta las más altas esferas políticas de la Unión Soviética en diciembre de 1923, cuando el Comité Ejecutivo del PCI decidió unilateralmente su expulsión del Partido sin consultar la Internacional Comunista.
Bombacci hace todo lo posible para detener el ascenso al poder de Mussolini.
Su alejamiento del Partido era evidente: en 1927 los dirigentes comunistas italianos en el exilio decretaron su expulsión definitiva.
Las necesidades económicas y la difícil situación de salud del hijo Wladimiro, que necesitaba curas por su grave enfermedad, le llevaron a pedir ayuda a jerarcas del régimen fascista, a quienes conocía desde hacía tiempo –Leandro Arpinati, Dino Grandi, Edmondo Rossoni–, y luego al mismo Benito Mussolini, con el cual había tenido relaciones políticas en la etapa giolittiana.
[cita requerida] En La Verita escribiría: «El fascismo ha hecho una grandiosa revolución social, Mussolini y Lenin.
Desde entonces el exfundador del Partido Comunista de Italia alcanzó más protagonismo.