El 20 de mayo se instauró una Administración militar dirigida por un Militärsbefehlshaber, Alexander Freiherr von Falkenhausen.No obstante, ésta fue rápidamente disuelta para ser reemplazada por una administración civil bajo la autoridad de Arthur Seyß-Inquart, que fue nombrado reichskommissar für die besetzten niederländische Gebiete.[1] Hitler escogió esta opción por motivos ideológicos: los neerlandeses eran considerados una "población racialmente afín a los alemanes" y por lo tanto debía ganárseles para el movimiento nacionalsocialista.Después de la invasión, los Países Bajos quedaron temporalmente bajo la autoridad de un gobernador civil alemán (un reichskommissar) hasta la decisión final que tomase el siguiente gobierno para "facilitar" a la nación neerlandesa su asimilación prevista con Alemania.En varias ocasiones, sin embargo, el régimen alemán consideró seriamente la implementación de un plan concreto para cambiar la composición territorial del reichskommissariat Niederlande.En ella exponía sus propuestas sobre la futura organización política de los Países Bajos y en la cual sería un componente del Tercer Reich.[3] Estos Gaue coincidían totalmente con los cinco distritos judiciales y policiales que los alemanes habían establecido al comienzo, basados en los estándares regionales de las SS neerlandesas.
Cartel alemán impreso en
neerlandés
, animando a los neerlandeses a enrolarse en las
Waffen-SS
.